sábado, 21 de noviembre de 2009

vacaciones



nos vamos de vacaciones

nos merecemos estas vacaciones (curioso es que el pobre ser humano que escribe estas líneas no haya podido completar en 6 meses la crónica de sus vacaciones de verano...)

estamos tan cansados que no tenemos ganas

pero no hay escapatoria

nos espera una pipa de agua en el puente karaköy en estambul, viendo el bosforo y uno de los skylines más bonitos del mundo, sentirnos nada en santa sofía y en la mezquita azul, pasar horas en los puestos de libros de viejo de beyazit y en las librerías de istiklal, volver a ver san salvador en chora, hartarnos de berenjenas, de queso, de pistachos y de albaricoques (y ver si se vuelve a confirmar el hecho de que enrique sea turco para los griegos y griego para los turcos)

nos espera el ghetto veneciano, perdernos felizmente por las callejuelas entre la niebla hasta llegar a campo santa margherita, tintoretto y canaletto, la fundación peggy guggenheim, la polenta, la rúcula y los pulpitos, el palazzo grassi, los mosaicos de san marcos

nos espera el aperitivo florentino a partir de las 19:00, la bistecca y la vista desde los járdines de bóboli, probar vinos y setas, buscar trufa blanca para eduardo, mucho mármol de colores, la galleria de los uffizi y el pecorino, la ciudad reflejada al atardecer en el arno

subir al cementerio de génova y ver desde allí el mar y la ciudad entera, los callejones del puerto antiguo, apenas grietas sobre el asfalto más que lugares de paso, la via del campo y fabrizio de andré, hartarnos de cervezas en la piazza delle erbe entre semana, un buen pesto, el cappon magro de pescado con salsa de nueces

mi inglés y mi italiano fuleros (entiendo todo pero no hablo nada, que si nos toca algo raro, sea prestar ayuda en lugar de pedirla)

poder volver juntos a lugares maravillosos

poder volver

poder juntos



jueves, 19 de noviembre de 2009

lunes 15 de junio, nápoles (lo previo)



lunes 15 de junio, nápoles (lo previo)

I
ya había estado a los 17 y redescubrí nápoles en un artículo del país semanal de finales del 2005 sobre su periferia norte; los barrios, los riones (el 167, el dei fiori), el terzo mondo, scampia, miano, casavatore, secondigliano, piscinola, melito..., de los que el cronista en cuestión decía que algunas de sus partes eran inconcebibles en un país europeo que no estuviera en guerra

y desde entonces, como soy una tía rara que se obsesiona a veces con cosas extrañísimas, me dió por localizar los nombres de las calles (via praga mágica, via bakú, vialle de la resistenza...), las referencias, los edificios (las vele, case celeste...)... de modo que me he pasado horas de mi vida gastadas en el estúpido acto de localizar en el google earth calles, plazas y parques, lugares a los que no iré nunca, y en el youtube cortos, vídeos, proyecciones de diapositivas y demás asuntos de ese pelo

para mí, que vivo en un sitio en el que nunca pasa nada, que llevo una vida relativamente ordenada, segura y estable, esos paisajes, esos contextos, esas realidades, esos verdaderos estados paralelos (con sus propias leyes, con sus propias lógicas), son un exotismo absoluto, más si cabe por su cercanía espacial

sé mucho de los barrios y de las ciudades más chungos del planeta

tengo desde hace mucho tiempo una carpeta en favoritos que se llama "chungüordl", en la que voy recopilando enlaces que hablan sobre la decadencia y la degradación urbanas, sobre ruinas y sobre ciudades fantasmas (y sobre otro tipo de cosas que no vienen mucho a cuento, pero chungas y decadentes igualmente)

me interesan morbosamente y sí que sé que eso no es una rareza

me interesan mucho, por ejemplo, las dinámicas que generan las drogas más duras (sobre todo la heroína que no deja de ser hoy una especie de anacronismo) como proveedoras de enseñanzas sobre la tremenda fragilidad del ser humano y sobre sus límites (pienso en mí hace unos cuantos años, ansiosa perdida, interrogándome obsesivamente sobre esos límites)

los opiáceos me intrigan mucho, sus composiciones, sus antagonistas, sus efectos, su drama

noloxona, morfina, pentazocina, estrictina, oxicodona... son palabras que conozco y que sé lo que significan aunque no tendría por qué

nunca vimos tantos yonquis como en oporto, hace poco leí que se estima que en irán hay 3 millones de yonquis, en plaka una noche, vimos a 3 escondidos en un rincón pinchándose al lado de un restaurante para turistas como nosotros en el que tocaban rembetika, un sábado por la mañana temprano, cuando trabajaba en una librería en el centro de logroño, vi a uno pinchándose en el cuello en medio de una de las calles más populares de aquí ayudándose con el retrovisor de un coche

una chica que me cuidó cuando era pequeña tenía varios amigos yonquis (eran los 80), algunos murieron ya en circunstacias extrañas (y yo de todo eso me enteré después)

yo no lo sabía y de ellos sólo recuerdo que eran chicos muy tiernos, entre tristes y sonrientes, en lo que a mí me tocó ver, yonquis controlados en cualquier caso, yo sólo tenía 6 ó 7 años y me reía cuando tocábamos la guitarra con todos esos melenudos del barrio en un parque al lado de la vía del tren y algunos se iban y luego volvían (dos de ellos, diez años después, se arrojaron a esa misma vía y los otros dos están en la cárcel con condenas serias por cosas mucho más graves que un delito contra la salud pública)

en la perifieria napolitana hay muchísimos yonquis, pero no sólo me interesan los yonquis o no sólo me interesa nápoles por sus yonquis (faltaría más! sospecho que jamás veré yonquis napolitanos), me interesa porque es una ciudad marginal y un lugar profundísimamente mediterráneo con todo lo que ello implica

y me interesa, me preocupa, me enternece la marginalidad en el más amplio sentido de la palabra, porque yo también soy una marginal según alguna acepción del drae
II
cuando estuvimos de viaje de estudios en italia, 17 días de viaje en el 98, al bajar al sur no nos hospedamos en nápoles sino en sorrento

los cursos anteriores hasta el de mi hermano (que estuvo en el 93) siempre se hospedaron en nápoles pero se ve que los curas del colegio se cansaron de pagar el pizzo para que les cuidaran el autobús y terminaron por cambiar de ciudad

una vez un romano al que le dije que nápoles me había gustado muchísimo me dijo que seguramente fuera porque es la ciudad más "española" de toda Italia (y no lo dijo refiriéndose a los siglos de dominación)

no lo sé, pensándolo así en frío es probable que pueda relacionar la atmósfera de algunas de sus calles con las de la ciutat vella de barcelona, sus colores rojizos con algunas partes de madrid o de sevilla o su bahía con cádiz, así cogiéndolo con pinzas, ... no sé, probablemente el romano ni tan siquiera se refiriera a eso sino a lo negativo, a los tópicos folclóricos, al supuesto ambiente fiestero, a la fama de peligrosa o incluso a la tolerancia hacia el pillo y hacia el trapicheo (que tiene narices estando las cosas como están desde hace años en italia)

no lo sé, posiblemente el romano me lo dijo sientiéndose mi hermano rico

aunque es probable que nápoles sí que tenga en común con españa un cierto ambiente relajado, si bien, en nápoles, ese relajo no está en absoluto exento de pose (estamos en italia, amigos)

ese artículo del país del 2005 decía, entre otras muchas cosas, que esos barrios eran de los más peligrosos del mundo, que en determinados momentos de su historia (siempre reciente porque son barrios de construcción muy reciente), como en el 2004 durante la faida de scampia, que enfrentó a miembros de un mismo clan por el control del mismo y de todos sus negocios e influencias, tuvo el número más alto de muertes por metro cuadrado desde luego de europa entera y de parte del mundo

un agujero negro en medio de la aparentemente ordenada y relativamente equilibrada a pesar de todo "vieja europa"

en el 2006, por fin visitamos nápoles, antes (también después), casi todas las mañanas me metía a leer la edición digital de la repubblica para nápoles o la del corriere della sera y varios blogs (uno de ellos, el mejor, vetó el acceso a los que no tuvieran invitación y yo no tenía)

nápoles y sus sucesos, todo turbio. siempre malas noticias, la emergenza rifiuti constante; los asesinatos en moto; niños de 13 años drogados y jugando con pistolas en piazza dante (algún turista muerto); miles de rolex robados; malas partidas de heroína y cientos de yonquis agonizando en la periferia y en el centro histórico; tiendas cerrándose a cientos por el impuesto revolucionario; éxodo de turistas; peligro y mal rollo en general (nápoles es, de todas las ciudades en las que he estado, la que peor fama tiene con diferencia)

antes de ir la primera vez perdí un montón de tiempo entrando a algunos foros de viajeros mayormente ingleses a los que la forma de hablar de la gente (expresiva, gritona) les resultaba violenta; la estacion centrale la entrada al infierno; los callejones de los quartieri spagnoli trampas para ratones..., demasiada información mal enfocada

llegamos en tren y deseando salir pitando de esa estación, nos cogió un taxista en el taxi más viejo en el que hemos montado, con cestas de mimbre y muchas plumas de ave incluidas, era un fiat y el taxista era encantador, nos preguntaba, quería saber, se quejaba de que a nápoles cada vez iban menos turistas, nos explicaba todo lo que había para ver

era febrero y había una luz maravillosa, una luz invernal trasnparente y limpísima, bordeamos el puerto, enorme y feo, los bloques de edificios de enfrente también (hay que leerse gomorra para saber lo que son muchos de esos pisos; de hecho, hay que leerse gomorra por un puñado de motivos)
durante una temporada estuve dando vueltas a la idea de hacer una especie de reportaje poético literario ilustrado sobre las grandes ciudades portuarias del mediterráneo (incluyendo portugal, eso sí)
yo escribiría (una breve introducción histórica, datos curiosos, relaciones y literatura; luego un poema o algo así) y enrique lo ilustraría
(diré que es una idea que no he descartado todavía)

sospecho que en realidad eso no es más que una excusa para volver a mis ciudades favoritas de las que he conocido hasta ahora y para conocer más, mucho más profundamente, esa única ciudad que son todas las que me intrigan y que en realidad deben de ser yo o algo mío
lo bello y lo sucio
las oscilaciones, la fragilidad, la irregularidad
lo imperfecto = lo humano
aquí también, en nápoles, como dice ahmet rasim (orhan pamuk usa esta cita para abrir su estambul, ciudad y recuerdos) la belleza de su paisaje está en su amargura

viernes, 13 de noviembre de 2009

siempre será más



hablemos de la pérdida

de lo previo

de los presentimientos (esa misma tarde se me rompe mi pantalón preferido; tengo todo el tiempo un frío inexplicable; sé lo que ha pasado justo antes de que el teléfono empiece a sonar)

la pérdida no es un territorio del presente

implica pensar en lo que fue, pensar en lo que será

pero no sabemos lo que es en presente porque no permitimos que ese presente sea

se rompe un hilo, algo se desata, algo se me desprende, algo de lo que fui no volverá a ser jamás

es necesario el futuro para calibrar la pérdida, para saber lo que es la pérdida, lo que duele (o no)

ahora sólo sé que ya no estás, pero aún no sé cuánto significa eso

(y ya han pasado dos semanas de esto y presiento que nunca habrá una cantidad exacta y cerrada que responda a ese cuánto: siempre será más, siempre será más)



*la ilustración que acompaña al texto es un grabado que pertenece al ciclo el miserere de georges rouault


martes, 3 de noviembre de 2009

un fragmento de "historia de la libertad" de francisco ayala

Nunca debe perderse de vista que el problema de la libertad es, ante todo, un problema de índole moral. El estímulo y resorte último de la Libertad se encuentra en el fondo del alma humana: su implantación y su defensa en la sociedad es siempre la obra de una especie de heroísmo ético, y requiere una inagotable energía espiritual y una actitud de incesante y celosa vigilancia

Y tanto.