hablemos de la pérdida
de lo previo
de los presentimientos (esa misma tarde se me rompe mi pantalón preferido; tengo todo el tiempo un frío inexplicable; sé lo que ha pasado justo antes de que el teléfono empiece a sonar)
la pérdida no es un territorio del presente
implica pensar en lo que fue, pensar en lo que será
pero no sabemos lo que es en presente porque no permitimos que ese presente sea
implica pensar en lo que fue, pensar en lo que será
pero no sabemos lo que es en presente porque no permitimos que ese presente sea
se rompe un hilo, algo se desata, algo se me desprende, algo de lo que fui no volverá a ser jamás
es necesario el futuro para calibrar la pérdida, para saber lo que es la pérdida, lo que duele (o no)
ahora sólo sé que ya no estás, pero aún no sé cuánto significa eso
(y ya han pasado dos semanas de esto y presiento que nunca habrá una cantidad exacta y cerrada que responda a ese cuánto: siempre será más, siempre será más)
*la ilustración que acompaña al texto es un grabado que pertenece al ciclo el miserere de georges rouault
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