Carta a Vala Nureddin
Hermano mío,
enviadme libros con finales felices
que el avión pueda aterrizar sin novedad,
el médico salga sonriente del quirófano,
se abran los ojos del niño ciego,
se salve el muchacho al que mandan fusilar,
vuelvan las criaturas a encontrarse las unas con las otras,
y se den fiestas, se celebren bodas.
¡Que la sed encuentre al agua,
el pan a la libertad!
Hermano mío,
enviadme libros con finales felices,
esos han de realizarse
al fin y al cabo.
(17-3-1946)
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