*y por si poder contar con él fuera poca cosa, encima lo hará acompañado por el también poeta donostiarra Pablo Casares, que será quien se encargue de presentarlo. Yo compartiré mesa con ellos y seré feliz. Por muchos motivos. Por la excelente compañía. Porque es una alegría y un logro poder celebrar otro Agosto Clandestino (¡el séptimo, nada menos!). Porque por fin hemos conseguido traer a Karmelo a Logroño y eso es una gozada para todos los que formamos parte de Ediciones del 4 de Agosto (es que somos muy fans; por lo que a mí respecta, me atrevería a decir que es el primer poeta que me gustó de verdad, el primero que me hizo buscar y tener todos sus libros y prácticamente el único por el que he ido expresamente a otra ciudad para conocerlo). Porque además lo acompaña Pablo y es como cerrar un círculo muy bonito. Porque Pablo es nuestro amigo y un poeta excelente, porque siempre es un gustazo tenerlo cerca y porque vuelve a Logroño 7 años después (él inauguró el I Agosto Clandestino un 4 de agosto de 2005, acompañado por Mariela Bazán). Si queréis más información de los autores, tenéis las bios completas en el blog de Enrique Cabezón (que es también el autor de esta foto tan maja).
Karmelo presentará Un leve guiño de luz hacia la sombra, que se repartirá gratuitamente a quienes vengan a acompañarnos. Y yo les animo a que lo hagan porque sé que va a merecer mucho la pena (para muestra, un poema). Lo dicho, mañana a partir de las 20 horas en el Instituto Riojano de la Juventud de Logroño, tienen la primera cita con el VII Agosto Clandestino.
La edad de la inocencia
Para Iñaki Aldekoa
Ni Raquel Welch,
ni James Dean,
ni Jesucristo crucificado.
Mis sueños los veló Durruti.
Me despertaba
y ahí estaba él,
dándome ánimos:
Nosotros
heredaremos la tierra.
Claro que yo era aún tan inocente
que ni siquiera
me preguntaba cuándo.
Para Iñaki Aldekoa
Ni Raquel Welch,
ni James Dean,
ni Jesucristo crucificado.
Mis sueños los veló Durruti.
Me despertaba
y ahí estaba él,
dándome ánimos:
Nosotros
heredaremos la tierra.
Claro que yo era aún tan inocente
que ni siquiera
me preguntaba cuándo.
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