martes, 16 de octubre de 2012

un poema de emilio adolfo westphalen




El mar en la ciudad


¿Es éste el mar que se arrastra por los campos,

Que rodea los muros y las torres,

Que levanta manos como olas

Para avistar de lejos su presa o su diosa?

¿Es éste el mar que tímida, amorosamente

Se pierde por callejas y plazuchas,

Que invade jardines y lame pies

Y labios de estatuas rotas, caídas?

No se oye otro rumor que el borboteo

Del agua deslizándose por sótanos

Y alcantarillas, llevando levemente

En peso hojas, pétalos, insectos.

¿Qué busca el mar en la ciudad desierta,

Abandonada aun por gatos y perros,

Acalladas todas sus fuentes,

Mudos los tenues campanarios?

La ronda inagotable prosigue,

El mar enarca el lomo y repite

Su canción, emisario de la vida

Devorando todo lo muerto y putrefacto.

El mar, el tierno mar, el mar de los orígenes,

Recomienza el trabajo viejo:

Limpiar los estragos del mundo,

Cubrirlo todo con una rosa dura y viva.

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