El policía cerró la puerta y la ventanilla violentamente. Esa actitud bruta ya no me aterraba. Con el tiempo, uno se habitúa a todo, incluso a la violencia. Hamid sacó un lápiz y se puso a escribir en la pared.
-¿Qué escribes? -le pregunté.
-Dos versos del poeta tunecino Abu el Kasim Echabi.
-¿Qué dice ese poeta?
-Aquí está lo que dice:
Si un día el pueblo desea la vida
el destino tiene que responder
y la noche tiene que disiparse
y las cadenas tienen que quebrarse.
-¡Formidable!
-¿Entiendes lo que dice?
-No, pero es magnífico. Siento que es muy bello. ¿Qué quiere decir?
Amar la vida. Eso es lo que quiere decir.
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Me fui al mercado. Una mujer extranjera pagó lo que había comprado y volvió a meter la cartera, llena de billetes, en su bolso. me sorprendió mirándolo y lo cogió con fuerza. Su mirada, dulce, me decía: "¿No te da vergüenza?". Me acobardé y salí del mercado. Es la miseria, señora. Los ricos tampoco tienen vergüenza: nos compran muy barato. Tal vez tú no tengas necesidad de venderte.
2 comentarios:
He oído qe lo van a reeditar.
D e una forma totalmente casual conseguí un ejemplar de este, no se todavía como catalogarlo ya que estoy en la pagina 133, pero puedo considerar que que es magnifico, crudo y real lo recomiendo.
Por cierto lo rescate de una pila de libros que alguien había dejado en la basura.
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