nos vamos de vacaciones
mola, pero siempre nos escuece un poquito ver cosas que no han visto ni verán nuestros padres (nos pasa, somos así)
volveremos a callejear por beyoglu en estambul (el verano es la única estación en la que no hemos visto esa ciudad) y trataremos de llegar a sisli, el barrio de pamuk (que significa algodón en turco) y de localizar el edificio de su familia (en el que nació, vivió y supuestamente aún vive)
nos insolaremos en las ruinas de éfeso y encontraremos la sombra en las callejuelas de rodas
en alejandría buscaremos la casa de cavafis y su nueva biblioteca y nos sacudiremos las sensaciones confusas que dejan en nosotros las piedras y las ciudades en exceso cuidadas y limpias (como aquella vez que volvíamos de oporto y paramos en salamanca pero a la inversa)
los mitos y sus interpretaciones nos acompañarán recorriendo el palacio de cnosos y asomándonos a la caldera del volcán en oia (justamente el hueco que quizá dejó la atlántida)
podremos visitar el nuevo museo de la acrópolis en atenas (lo que pudimos ver cuando estuvimos en el 2008, aún en proceso, nos encantó) y sumarnos a la reclamación histórica del gobierno griego de que los frisos del partenón, que están en el museo británico, les sean devueltos; y también, por supuesto, irnos de cañas al barrio de la exarquia y buscar al perro más famoso del momento (este) en syntagma
entre medias espero que sepamos transmitir todas estas cosas a quienes no las ven pero están felices de que nosotros sí que las veamos y nos quieren y nos esperan y de verdad nos echan de menos cuando no estamos (suele ser bonito sentirse necesario y no tan bonito sentirse prescindible)
espero que nos tomemos mil cervezas al lado del mar y que el salitre se nos incruste tanto en las fosas nasales que cuando volvamos y llevemos dos semanas en nuestra pequeña ciudad de interior de vez en cuando aún nos asalte ese olor salado
espero que tengamos tiempo para leer, que podamos ver algún partido más de la selección, que nos riamos muchísimo, que podamos descansar, desentumecer los músculos nadando, respirar hondo, respirar a secas
y espero que toda esa sobredosis de información agradable y ampliadora de horizontes me ayude un poco a poder quitarme de encima un pequeño dolor que se me ha enquistado (muy malo es conformarse, casi peor es esta inquietud permanente)
puede que sean demasiadas cosas para apenas diez días, pero lo vamos a intentar
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