D.M: No creo que tu vida sea insignificante
Laurie: Oh, no, obviamente eso es lo que dirás porque tú no crees en todas las estupideces que yo creo y..uh...¿de verdad?
D.M: No
Laurie: Pero hace un momento decías que la vida no tiene sentido, ¿Por qué...?
D.M: He cambiado de opinión
Laurie: ¿Por qué?
D.M: Los milagros termodinámicos. Acontecimientos tan improbables que son efectivamente imposibles, como que el oxígeno se convierta en oro. Deseo contemplar algo así. Pero en el apareamiento humano, mil millones de espermatozoides buscan un solo huevo. Multiplica eso por las poquísimas posibilidades de sobrevivir que tenían vuestros ancestros, de engendrar a un hijo en concreto...esa hija concreta...hasta que tu madre ama a un hombre a quien tiene todos los motivos para odiar, y de esa unión, de los miles de millones de niños que compiten por ser fertilizados, naces tú, solo tú.Destilar algo tan específico entre ese caos de improbabilidad es como convertir el aire en oro. Esa es la cúspide de la improbabilidad. El milagro termodinámico.
Laurie: Pero y si mi nacimiento es un milagro termodinámico...¿Podrías decir lo mismo de cualquier persona?
D.M: Sí. De todo el mundo. Pero el mundo está tan lleno de gente. Tan lleno de estos milagros, que se vuelven habituales y los olvidamos...Yo lo olvido.Miramos tan a menudo al mundo, que se vuelve monótono a nuestra vista. Pero visto desde otra perspectiva, como si fuera nuevo, vuelve a ser asombroso.Vamos sécate esas lagrimas porque eres vida, más rara que un Quark y más improbable que los sueños de Heisenberg; el barro en el que las fuerzas que dan forma a las cosas deja su huella de forma más clara.Sécate las lágrimas y vámonos a casa.
3 comentarios:
me ha convencido el dr manhattan
Jodo, qué bueno es Alan Moore!
Dialogazo. Todo el segmento marciano del tebeo es como para enmarcarlo.
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