Lo que importaba era una posibilidad de evasión, un salto fuera del implacable rito, una loca carrera que ofreciese todas las vías de esperanza. Por supuesto, la esperanza era ser abatido en la esquina de una calle, en plena huida, de un tiro al vuelo. Pero, considerándolo bien, nada me permitía ese lujo, todo me lo negaba, y volvía a ser presa de la mecánica.
Albert Camus en El Extranjero
1 comentario:
Joder, qué pedazo de libro, madre mía. Igual es el único que leí más de dos veces (y hace ya mucho, así que...).
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